martes, 29 de junio de 2010

Subida a La Concha. Capítulo I

Inicio con este primer capítulo la tradicional subida a La Concha de los karatekas del gimnasio Zen de Marbella. Empezaré por presentar a los protagonistas de “la subida” de este año; de izquierda a derecha, de pie están Miguel Ángel, Rosa, Andrés, sensei Gustavo, Bauti, Adolfo, Manolo, Antonio Jesús, Pepe y Abel; en cuclillas están Larry, Órfilo, Chacón, Miguel y Gustavo. Sensei quiso acompañarnos, como siempre, en el lugar de partida. Siete comenzarían la ruta dura por Los Monjes, y otros siete iniciaríamos el recorrido desde el Parador de Juanar. Detrás nuestra se ven las montañas a las que subiríamos.

Este año pretendía no llevar peso en exceso, ya que con mucho sol se hace muy duro salvar los casi siete kilómetros que nos separaban de El Lastonar, con algo más de cuatrocientos metros de desnivel. Aún así, mi mochila dio en la báscula la friolera de veinte kilos, cámara de fotos réflex incluida.

Después de dejar el coche en el parking de Juanar, antes de empezar a andar ataviados cada uno con su karategi y el correspondiente cinturón, el amigo Chacón me invitó a una cerveza bien fresquita para acompañar al bocadillo que me daría la suficiente energía para toda la subida.

Ya todo dispuesto, comenzamos a andar por el carril que nos iría acercando al olivar que hay de paso al mirador. Lo mejor, la compañía de los colegas karatekas, todos con la ilusión de un niño con zapatos nuevos.

Es tremenda la vista que nos encontramos de la montaña que alberga la cruz de Juanar, una vez pasado el primer bosque.

Una vez llegado al cruce que toma la dirección hacia el camino de La Concha, y después de pasar entre olivos y unos preciosos castaños, empieza un bosque con pinos y helechos, entre sombras agradecidas, que invitan a respirar con conciencia, como diría sensei Gustavo.

Antes de empezar la cuesta más fuerte y temida que nos llevará a escasos metros de la cima de La Cruz de Juanar, a la que rodearemos por el Norte camino del Oeste, con fuertes pendientes, algunos sueltan un momento las mochilas para sacar algo de bebida y comenzar a hidratarse. Empieza lo bueno.

Con estas pintas subía el que os escribe, cargado de una gran mochila, usando la funda de la cámara como improvisada despensa para las bebidas que iba consumiendo por el camino, apoyando los pasos sobre un bastón. En estos momentos ya había tomado dos inhalaciones de Ventolín, que me devolvieron el aliento. Podéis imaginar lo que supone para una persona con alergias que le llevan a leves pero desagradables episodios de asma, el caminar entre tanta planta silvestre. Esta vez el amigo Miguel Ángel, siempre dispuesto a ayudar a los compañeros, tuvo la brillante idea de llevar ese medicamento consigo, porque gracias a él mejoró mi rendimiento lo suficiente como para continuar prácticamente de corrido hasta el destino.

Una vez arriba, pasada la mítica cruz de Juanar, que se puede ver a la espalda de Rosa y Andrés, se inicia una vereda que, paulatinamente subiendo, nos llevará al Salto del Lobo.

Llegaba el paso más complicado de toda la subida, por una estrechísima y rocosa vereda con un tremendo barranco a la derecha, el famoso Salto del Lobo, donde ya ha ocurrido más de una desgracia y por el que no debería andar nunca alguien que padezca de vértigo. Al fondo se ve parte de nuestro destino.

A mitad del paso, sobre una roca prácticamente colgada encima del barranco y con unas vistas difíciles de imaginar a menos que estés por allí, algunos se atreven a desafiar las alturas. Detrás de Chacón puede verse la cima del Torrecilla.

Ya hemos pasado el tan temido tramo, sin el menor problema para un grupo más que acostumbrado a andar por las montañas. Entre laderas tenemos una vista de Marbella. Ya queda poco camino para llegar a la cima.

Intuíamos, como así fue, que Abel, subiendo por la ruta dura, estaría ya arriba. Ahora había que buscar el mejor sitio donde poder pasar la noche, sin olvidar que la cima está llena de rocas, cardos y pinchos de todas las especies habidas y por haber. Tocaba preparar la cama, antes de nada, para pasar a comer antes de la puesta de sol. Bienvenidos a El Lastonar.

En el siguiente capítulo contaré la estancia en la cima de El Lastonar, desde nuestra llegada hasta poco antes del amanecer.

jueves, 24 de junio de 2010

Dudas

No sé si entrar ya o esperar un poco. Me gusta lo que veo, pero no sé si entraña peligro, si todo es un espejismo. No tengo otra forma de saberlo que entrar y probarlo todo, con la compañía de las olas, con mi reflejo en la arena esperando tu compañía.

Extraño la ola que se va y vuelve a su capricho. Quiero retener cada momento de felicidad que vivo contigo. Solo estando dentro de ti es cuando se van todas las dudas del mundo.

Como te echo de menos.

http://www.youtube.com/watch?v=E7TtHdeMx9Q&feature=related

domingo, 20 de junio de 2010

Cambiando la mirada

Podríamos ir pensando en echar la mirada hacia otro lado, modificar esos esquemas absurdos y obsoletos, que atan de pies y manos. Pasa todo tan deprisa que a veces nos quedamos atrás, no acompañamos a los acontecimientos.

Amor y cabeza son tan fáciles de separar, que al final el cerebro se reubica en el corazón, con unas funciones muy distintas, pero más vivas y emocionantes. Creo que cuando pasa esto último, es el momento donde empieza el umbral de la felicidad.

Te sigo viendo de hombre igual que te vi de niño, con la mirada perdida y totalmente enamorada.

http://www.youtube.com/watch?v=1KjpyHX7X-o

domingo, 13 de junio de 2010

Cosas de hombres

De niños queremos ser hombres, y de hombres queremos ser niños. Qué prisa tenemos en crecer, como si así ganáramos la libertad más completa, cuando en realidad es cuando empieza a amarrarnos la vida.

Llega un momento en el que empiezan a apretar ciertas ataduras y lo que uno siente es la necesidad de huir, de que se va escapando algo de forma apresurada, de que los años se van haciendo más cortos, como que el día tiene menos horas, que el sol y la luna casi se continúan.

Volvamos a la niñez, al tiempo que jugábamos a ser hombres, a soñar con un oficio para intrépidos valientes, a la ilusión, al primer amor y al primer dolor.

Yo quería ser mayor.

http://www.youtube.com/watch?v=h-y5Pyny6hw

sábado, 12 de junio de 2010

Fiesta

Esto es lo que hay ahora en el pueblo, fiesta, la anual, la de niños, jóvenes y mayores. Un montón de gente buscando diversión, siguiendo el tradicional paseo por una feria llena de luces de colores, de artefactos voladores, de sueños y amores.

Creo que nadie explicó esto de la fiesta mejor que el maestro de maestros.

http://www.youtube.com/watch?v=jihrLbarXXE

jueves, 10 de junio de 2010

Desilusión

Qué mal sienta un cambio de planes cuando no es voluntario. También es mala suerte que llueva un día de feria, y más cuando has quedado con amiguitos para pasarlo estupendamente.

Me identifico con el muchachote de la foto, a mí tampoco me gusta que me cambien lo que tengo pensado hacer. Ahora, de adulto, hago prácticamente lo que quiero, pero cuando dependía de la opinión paternal, pillaba unos rebotes de escándalo cuando ya todo lo tenía preparado y me decían que íbamos a hacer otra cosa.

Estamos en feria, es tiempo de disfrutar, en mi caso nunca he sido de ferias, me gustan más los sitios tranquilos, pero bien merece un sacrificio el ver a mi grandullón contento. Así ya somos dos los que estamos felices.

Hoy no quiero discutir ...

http://www.youtube.com/watch?v=HIZx2u11FLs

domingo, 6 de junio de 2010

Preparando la subida

Entre los componentes karatekas del Zen, la subida significa la excursión anual a La Concha, haciendo noche en el Lastonar, la cima más alta de Sierra Blanca. Puedo escribir un libro sobre lo que significa para los karatekas del gimnasio Zen de Marbella, pero aun así, no se puede uno hacer una idea hasta que no lo prueba.

Imagínense en verano, con el karategi puesto, mochila cargada con comida, agua abundante, alguna prenda de abrigo, saco de dormir, esterilla, linterna y demás elementos necesarios para una dura subida, tanto que los que ya hemos pasado de los cuarenta y tantos, hacemos un recorrido alternativo, más acorde con nuestras castigadas articulaciones. Los más jóvenes suben desde Xarblanca, pasando por Los Monjes, trepando por torrenteras verticales, haciendo un gran esfuerzo solo apto para personas muy bien entrenadas. No es un paseo, no, como puede ser empezando desde el parador de Juanar.

Mi primera ascensión fue en 1993, repitiendo en varias ocasiones por la vía dura, siendo la última por las torrenteras en el 2002, a un mes de cumplir los cuarenta. En el 2005, acompañado de otra karateka, puse en marcha el segundo recorrido, como alternativa para los que quieren compartir vivencias, pero que ya no están como para hacer la vía dura. Cada año se han ido sumando más personas a este segundo recorrido, porque se trata de estar todos juntos en el Lastonar, cada uno según sus recursos físicos.

Llegar a la cima, buscar el sitio menos pendiente para dormir, ver el ocaso, comerse el bocadillo y estar con los colegas es algo que, como lo del anuncio, no tiene precio. Dormimos al raso, mirando a las estrellas, y al amanecer, saludamos al sol haciendo un kata. Recogemos las cosas y nos vamos a La Concha, donde se hace la entrega de cinturón a los que se hayan examinado recientemente. Después hay que hacer el camino de vuelta. Tradicionalmente nos esperan con bebidas bien frías, que agradecemos después de haber hecho un grandioso esfuerzo y haber pasado la noche prácticamente en vela. Esa primera cerveza me sabe a gloria.

Como le tengo tanto respeto a este acontecimiento, antes de cada una de mis subidas, me preparo a conciencia. Y eso es lo que estoy haciendo ahora, entrenamientos aeróbicos que me permitan subir con total garantía. Hoy tocaba ciclismo, así que he subido a Benahavis, con el sol castigándome, pero con la satisfacción de saber que todavía me encuentro fuerte y sano.

Ain´t no mountain high enough ...

http://www.youtube.com/watch?v=EGBXIK5TZjs&feature=related

viernes, 4 de junio de 2010

Qué será

Llevaba tiempo siguiendo las últimas enseñanzas de mi sensei, que dice lo de vivir el aquí y ahora, sin hacer caso al pasado, porque ya no tiene remedio, ni pensar en el futuro.

Cuando uno es joven lo tiene todo por hacer, hay que pensar en el futuro, en qué profesión tendrá uno, si formará una nueva familia, cómo le irá. Acercándome a los cincuenta solo puedo plantearme el qué hago ahora, lo que pasó lo perdí y no tengo ni la más remota idea de lo que me vendrá; solo la muerte es lo único cierto que me ha de llegar, y para ésta no tengo ninguna prisa.

Corriendo estos tiempos, creo que lo mejor es no pensar en mañana, sino disfrutar de este día azul, con el ronroneo del mar. Futuro, como sabemos que ahora mismo no existe como tal, para qué preocuparse de él.

La abeja que está libando sigue el tan preciado precepto, así que tomemos el qué será como una mera y preciosa canción.

martes, 1 de junio de 2010

Te miro

Las depuradoras orgánicas vivas nos suelen dar asco, pero son las que se encargan del trabajo sucio, de eliminar los restos. Así las hienas, buitres, moscas y demás bichejos encargados de esa sucia labor, están mal vistos.

Unas veces se encuentra uno de frente con una foto de las llamadas difíciles de conseguir, por la dificultad que entraña que te posen y te dejen seleccionar los parámetros adecuados en la cámara y buscar la posición para el mejor de los encuadres.

Devorar me gustaría esta maldita crisis, de la cual somos meros observadores del desguace que están haciendo entre todos estos chapuceros, estos Pepe Gotera y Otilio que solo saben hacer las mismas reparaciones que los dos personajes de tebeo. Y es que, señores, a estas alturas os habréis dado cuenta de que los que nos gobiernan están subordinados a los que tienen los billetes en su poder, haciéndoles bailar al son de su interesada música.

Ya digo en la presentación de este blog que escribo en función del estado de ánimo, y éste, ahora, está empezando a bajar, son cuatro años intentando luchar en medio de este océano embravecido. Y para colmo de males, aquí ya no paga nadie, y no porque ahora no quieren, sino porque va a ser verdad que no hay dinero, que las empresas y entidades públicas se han quedado listas de papeles, que se lo han gastado todo en ayudas externas y se han olvidado de nosotros. En fin, que aún no sé cómo podemos tener ánimos algunos para abrir por las mañanas el negocio, con la esperanza de que luchando podamos mantener el avión con el morro horizontal en vez de con la cabina hundiéndose en mitad de este océano ajetreado llamado crisis.

Te miro y no veo más que luces en tu camino, solo se oye ruido, frío ruido …

http://www.youtube.com/watch?v=3Sy5xcOC4cY